miércoles, julio 02, 2008

Snøhetta: intervención noruega en arabia saudita

Pocas cosas hay más distintas que el contexto de Oslo y el de Arabia Saudita, pero ha sido Snøhetta el ganador del concurso para el Centro King Abdulaziz de Conocimiento y Cultura. La propuesta triunfó sobre nombres tan reconocidos como Zaha Hadid y Rem Koolhaas. ¿Buena? Juzguen ustedes mismos.

Mi primera impresión fue Menhir del siglo 21, algo asi como restos que pudiste encontrar en el desierto, cubiertos de mercurio y agigantados estilo alicia en el país de las maravillas. Otra cosa que no me explico es el mantenimiento de un jardín así de verde a 55ºC de una manera sustentable, pero eso habría que verlo a menor escala y a mayor detalle.

El cliente es Saudi Aramco, la compañía más grande de petróleo en el mundo. Es obvio que la intención es crear una nueva cara de Arabia Saudita, dar la imagen al mundo de que son una nación rica, futurista y poderosa. Otro edificio fálico y brillante, poderoso, como muchos otros landmarks de arquitectos estrella. Esto, lo que a todas luces intenta ser un oasis, me incomoda en un nivel no racional. Los renders, espectaculares por supuesto, nos venden un proyecto que es difícil de mantener en la vida real. Me parece muy sugestivo visualmente, en especial la manera en que el edificio se inserta en esta gota verde, mariposa, echa raíces, rompe la tierra... fantástico. Pero el edificio en si, el proyecto en si...

Los interiores son otra historia. Sinuosos, fluídos, inmensos... como el desierto. Me parece muy atinado el manejo de luz. El edificio alberga un museo, una biblioteca, un teatro, y una biblioteca entre otras amenidades. A final de cuentas, los años dirán si el proyecto fue un éxito o un fracaso.

imágenes: Snøhetta

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

La diferencia entre los contextos de Oslo y Arabia Saudita es clara, y todos tenemos claro que lo único que realmente sería simpatico y de “Alicia en el País de las Maravillas” sería el ver un camello en Oslo.

Arabia Saudita y su gran apetito por el mundo, o su gran pánico por no continuar siendo el centro del universo una vez que el petróleo pase a mejor vida, comienza a ser alarmante.
Las cartas estan sabre la mesa, eso esta claro aunque deberíamos reconsiderar esa postura de Arabia Saudita y su contínuo y desesperado intento de cambio radical de imágen, porque ya no es inofensivo.

Me cuesta creer como un Centro de Conocimiento y Cultura no es capaz de conocer su propia cultura, es decir su contexto inmediato.
Definitivamente hay diferencias entre Oslo y Arabia Saudita, así como las hay entre el desierto y el oásis, pero apesar de éstas, los dos últimos se entienden el uno al otro, conviviendo de manera contextual, ya que un oásis fuera del desierto no sería en realidad un oásis.

El proyecto carece de lunguaje e intención, y es triste ver una vez mas como tanto adelanto tecnològico solo nos lleva a tanto retroceso arquitectónico.