Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un buen proyecto arquitectónico es racional. Antes de conocer siquiera la palabra arquitectura, todos nosotros ya la hemos vivido. Las raíces de nuestra comprensión de la arquitectura residen en nuestras primeras experiencias arquitectónicas: nuestra habitación, nuestra casa, nuestra calle, nuestra aldea, nuestra ciudad y nuestro paisaje son cosas que hemos experimentado antes y que después vamos comparando con los paisajes. las ciudades y las casas que se fueron añadiendo a nuestra experiencia. Las raíces de nuestro entendimiento de la arquitectura están en nuestra infancia, en nuestra juventud: residen en nuestra biografía. (...) Nos preguntamos qué es lo que entonces nos gustó, nos impresionó, nos conmovió en esa casa, en esa ciudad, y por qué. Cómo estaba dispuesto el espacio, el lugar, qué aspecto tenía, qué olor había en el ambiente, cómo sonaban mis pasos, cómo resonaba mi voz, cómo sentía el suelo bajo mis pies, el picaporte en mi mano, cómo era la luz sobre las fachadas, el brillo de las paredes. ¿Era una sensación de estrechez o de amplitud, de intimidad o vastedad? Pavimentos de listones de madera cono ligeras membranas, pesadas masas pétreas, telas suaves, granito pulido, cuero delicado, acero rudo, caoba bruñida, vidrio cristalino, asfalto blando recalentado por el sol, he aquí los materiales de los arquitectos, nuestros materiales. Los conocemos a todos ellos y, sin embargo, no los conocemos. Para proyectar, para inventar arquitecturas, debemos aprender a tratarlos de una forma consciente. Eso es un trabajo de investigación; eso es un trabajo de rememoración. La arquitectura es siempre una materia concreta; no es abstracta, sino concreta. Un proyecto sobre el papel no es arquitectura, sino únicamente una representación más o menos defectuosa de lo que es la arquitectura, comparable con las notas musicales. La música precisa de su ejecución. La arquitectura necesita ser ejecutada. Luego surge su cuerpo, que es siempre algo sensorial.
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Peter Zumthor es un maestro suizo tanto de la arquitectura como de la palabra. Como pocos, tiene la capacidad de transmitir de una manera clarísima su teoría. El valor de este libro reside en la reflexión que hace sobre sus experiencias y su obra. Un libro de cabecera para leer y releer.
5 comentarios:
peter zzzzzzzzzzzz...zumthor...
muy aburrido... hay que pasar a otra cosa...
Yo me lo leo con un gusto... podran ser las reflexiones de un viejito, pero son ideas que por lo básicas, se mantienen frescas.
baboso, ese tal marcos idiota falto de cerebro....ni entendera el significado de la palabra aburrido para usarla con tal insolencia, pelele, respete y LEA a ver si se educa y al menos aprende algo de arquitectura , si es que esta tratando de saber de ella. IMBECIL
creo que es importante para nosotros como arquitectos la lectura, y aunque el libro no sea el mejor cada imagen o cada objeto que nos recuerde a la misma,es importante gracias a todos(as)
Muy buen aporte
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