Con parejas desnudas, muebles que exploran la interacción humana, instalaciones complejas cargadas de diseño industrial, microclimas y multimedia, arranca la biennale dejando a más de uno preguntándose dónde quedaron las maquetas, renders y demás que tradicionalmente la caracterizan. En su lugar, utopías y manifiestos intentan darle a la arquitectura un nuevo rumbo. Aunque en principio podría parecer más una instalación de arte moderno, en realidad se busca romper con el prejuicio de que la arquitectura es sólo eso, construcción, maquetas, edificios-objeto. Se está promoviendo la experimentación en arquitectura, y también, a su manera, me parece una fuerte crítica contra la ola de enormes proyectos, de edificios que se contruyen con presupuestos extraorbitantes y sin mucha crítica.
En una entrevista a el País Betsky comentó: "Necesitamos arquitectos capaces de crear un mundo crítico". En textosa, no podríamos estar más deacuerdo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario